Frutas Logroño, empresa distribuidora de frutas y verduras a hostelería en la Comunidad de Madrid, además de otros productos como legumbres, frutos secos, aceitunas y encurtidos, verduras y frutas enlatadas, especias, etc., se hace eco de un asunto tan interesante como preocupante como es el encarecimiento de la patata, un alimento tan común y básico en la cocina, y por lo tanto uno de los que más comúnmente distribuye a la hostelería de Madrid.
En su uso alimentario, la patata es uno de los elementos más versátiles, además de delicioso de la cocina, siendo básico para la mayor parte de las cocinas en España, destacando las cocinas gallega, riojana, vasca, y un largo etc. Igualmente fuera de nuestras fronteras este producto es un ingrediente fundamental de la cocina a nivel mundial, siendo en Europa donde más se consume, y es raro el país que no haya integrado total o parcialmente este alimento en su gastronomía.
Desde un punto de vista económico, la llamada reina de la cocina, está experimentando en los años 2010 y 2011 una espectacular subida en su precio. Este producto que se ha destacado por ser un producto económico y rentable, además de versátil, razón de su gran expansión popular, en estos últimos 2 años ha sido el alimento que más se ha encarecido.
Desde aquí, Frutas Logroño, interesado por este hecho, que le influye indirectamente, intenta ofrecer una explicación sobre este hecho, por medio de fragmentos de dos interesantes artículos con respecto a este tema que están circulando por la red en estos días.
El primero desde la fuente de Valenciafruits, publicado en Enero de 2011
“La fuerte demanda de Rusia y la menor producción en Europa han provocado una fuerte subida de los precios de la patata. Concretamente en España, en el ejercicio 2010, las cotizaciones de este producto cerraron con un aumento anual de un 17,5 por ciento, según los datos del Índice de Precios de Consumo (IPC) publicados el 14 de enero por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Los expertos consultados por la agencia de noticias Efeagro han indicado que esta campaña la cosecha europea ha sido entre un seis y un siete por ciento inferior a la anterior, lo que supone unos cuatro millones menos de toneladas de un alimento cuya producción en una temporada normal asciende a unos 60 millones de toneladas.
"La demanda de patata es mayor que la oferta y esta circunstancia en un sector tan sensible y con un componente especulativo importante ha provocado una gran subida de los precios, que casi se han triplicado respecto a la temporada anterior", ha explicado el presidente del Club Ibérico de Profesionales de la Patata (CIPP) -formado por envasadores y comercializadores-, Roberto Ruiz de Infante.
El presidente de esta entidad también ha subrayado que la enorme sequía que ha sufrido Rusia, y que ha afectado particularmente a su producción de patatas y cereales, y su "inusual" compra de producción europea, han tenido una "repercusión directa" sobre los precios.
Roberto Ruiz de Infante ha citado como ejemplo que, en origen, en la campaña anterior se compró patata a unos 120-180 euros por tonelada, mientras que en 2010 ha llegado a cotizar a 320-370 euros por tonelada y que, en lo que va de 2011, las cotizaciones se mantienen al alza.
En España, según han indicado fuentes del sector productor, van a seguir subiendo los precios de la patata, porque la cosecha también se ha visto mermada en aproximadamente unas 400.000 toneladas y existe un contexto general de incremento de las cotizaciones de las materias primas.”
El segundo desde la fuente de: www.eldiariomontanes.es publicado en Febrero de 2011
“Los últimos datos de enero adelantados por el Instituto Nacional de Estadística colocan este producto entre los alimentos que más se han encarecido en un año. Un kilo cuesta hoy en torno a un euro. El IPC confirma que 2010 cerró con una subida de la patata del 17,5%, sin contar el repunte experimentado el pasado enero. El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, más cauto, fija la subida en el 12% en doce meses.
Las causas del incremento del precio de este alimento básico, inagotable fuente de recetas, son múltiples. «Que nadie se alarme, se veía venir», espeta Jesús Carrión, presidente del Consejo Sectorial de Patata de la Confederación de Cooperativas Agroalimentarias de España. Andalucía no pudo sembrar el año pasado por estas fechas la patata temprana (dedicada en gran parte a la exportación) debido a la lluvia, el clima redujo la producción en toda España, y Castilla y León, principal productora, recogió hasta el 15% menos. Como en Europa ha sucedido lo mismo, la demanda supera a la oferta y Francia, la primera exportadora de estos tubérculos a España, ha atendido antes las necesidades de Alemania, Rusia (desabastecida por su severa sequía) y los países del Este. Estos días entran patatas francesas, pero más caras.
Los almacenistas, pocos en España por los costes que requiere este proceso, agotan sus existencias, y las cadenas distribuidoras, que contratan a los agricultores para la industria de la transformación -«al precio que te imponen», matiza Carrión-, las buscan donde pueden. Estas circunstancias, unidas a la falta de la regulación del sector, propician el abandono paulatino de la siembra en nuestro país. Las 83.700 hectáreas sembradas en 2009 bajaron hasta las 77.000 el pasado año y la producción cayó en unas 400.000 toneladas, el 7% menos. El precio de la patata escapa a cualquier OCM, organización que, según Carrión, «ni existe ni existirá, porque Francia y Holanda quieren quedarse con el mercado español, que ya están copando a través de sus cadenas comerciales».
Así está el panorama patatero, bastante crudo. Y especulativo, como reconocen hasta los envasadores y comercializadores del Club Ibérico de Profesionales de la Patata. Su presidente, Roberto Ruiz Infante, señala a la agencia Efeagro que es un sector «sensible y con un componente especulativo importante».
Dice la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) que para arreglar la situación, los españoles han de entonar el 'mea culpa'. El secretario en Castilla y León de esta organización agraria, Julio López, elogia la organización de los productores y distribuidores galos y envidia el «mayor apoyo» que les presta el Elíseo. «Aquí tenemos una mesa nacional que solo se reúne en casos de crisis. El sector necesita con urgencia la creación de infraestructuras, sobre todo para almacenar el producto», apunta con cierto escepticismo.”